sábado, 5 de julio de 2008


La primera palabra,
la primera palabra balbuceando y seguir vomitando. Incierta la verdad que discurre y se escurre por escondrijos de selvas o desiertos, hasta golpear clara y firme en la cara, sin sombra, destapada, bajo el torrente de un río feroz. Cataratas de hiel que hieren en las mentes y empapan de saber al corazón. Voy hilvanando letras en silencio pero se agota la madeja, se gasta, se acaba. Ahora quiero cantar, pero me falta la voz y una palabra, la primera palabra, la que se forma en las sílabas de tu nombre y que odio para poder esconderte en las sombras. Voy a dar a luz a un río que nunca llegará al mar. Desatino y se descubre la voluntad suicida de envejecer buscando la verdad que soy y que no encuentro.

Ando buscando al gato que me robó, se llevo mi lengua, mi palabra y mi voz.