jueves, 12 de junio de 2008

Salvaje

Déjame estallar,
detonar mi libertad
y esparcir lo que me ahoga,
tu silueta y tu mirar.
Déjame explotar la estabilidad,
que esta furia revuelva las olas,
tempestad, marejada y huracán.
Déjame gritar tu nombre a pulmón,
danzar en la ira del fuego,
cabalgar hasta encontrarme
y poder arrancar la espina ácida
que me clavaste. Sin titubear.
Y déjame con la herida sangrar la ciudad,
prenderemos su bienestar,
su ego, la rutina y la propiedad.
Quiero ser más animal,
que me siento salvaje,
reventarnos a besos
y echar a volar.

lunes, 9 de junio de 2008


Desengaño

Fuimos meros cigotos, fetos, pero antes incluso de la blástula, del espermatozoide o del óvulo, fuimos unos animales, unos monos, unos pavos, unos cerdos… eso que ahora no somos. Y que ironía, no imagino cuál sería el cambio si nos hubiéramos quedado todos como ratas. Ratas o cucarachas, incluso así seríamos los supervivientes para cuando la Tierra diga basta.
Es propio entonces pensar que es la moral, la cultura la que nos priva del animal que llevamos, por naturaleza, en nuestro interior. Es virtud del ser humano no mostrar las cualidades del (su) animal, del principio del placer, del determinismo de los instintos, de su egoísmo o lo que para nosotros ya no es problema, la lucha por la supervivencia.
Moral que nos dictan, moral que nos matan, cultura que nos determina, que ya no nos buscamos pues nos hace personas impersonales, esas que siguen las pautas dadas, establecidas, impuestas…
Tanta moral y tanta chorrada que nos reprime de instintos, de la simplicidad y belleza de las cosas, de la naturalidad, del sentido común. Así maquillan el valor propio de lo que nos rodea, volviéndolo artificial, enviciado, degradado, incomprensible…
Valores estúpidos, normas estúpidas, ajenas a nuestra realidad, a nuestra verdad, que nos hacen desear más y más, ser humano de ambición y adicción.
La moral es el papel de regalo que esconde al ser humano más animal que nunca.

No nos dejan ser libres.
A la mierda su moral.

domingo, 8 de junio de 2008

¿por qué llamas tontería a algo que para ti en realidad no lo es?

viernes, 6 de junio de 2008

No conozco el amor,
pero ronda en cualquier lugar, en todas las pantallas, proporcionando una categoría de artificial amante, que los valora y diferencia, ornamentando sus vidas. Amor, amante, enamorado. Tan vulgares, tan ufanos, tan sumisos.
No entendía el amor,
pero sentí el abrazo del bosque, la lluvia grácil que nutre el alma y la caricia transportadora del viento. Abstraída del ruido árido de esta ciudad, escuchaba absorta el silencio. Pude entrever nuevas voces. Era solo la humilde y poderosa libertad aclamando: “amor, amante, enamorado, forma parte de mí”.
No conozco el amor,
pero he susurrado sinceros te quieros al mar, aullado libertad a la luna, cantado al sol y sonreído a las estrellas,
pero no he conocido el amor,
ni la armonía de los cuerpos, la melodía que los invita danzar al mismo compás, donde destellos de luz dejan entrever su esencia cristalina, desnuda y acorde con el fuerte latir de ese amor transparente e infinito, que recorre la llanura inmensa del cielo, dejando la estela de su pasión. Se incendian los sentidos que queman los miedos. Tú y tú, y calor, calor…
Después silencio,
y equilibrio…

No conozco el amor,
pero amor, en ti creo.

martes, 3 de junio de 2008


Absorbiendo como esponja
un latigazo de sensaciones
hace vibrar a las indiferentes células
que habitan mi cuerpo.
Palpita el ser que se revuelve
descifrando lo que dice que es
perceptible hoy
que te veo cerca ,
que no te alejas.
Lo saben las mariposas del vientre,
el vello de la nuca
y hasta el sudor de las manos
hoy que te veo cerca,
que no te alejas.
LA INSPIRACIÓN

En ocasiones, cuando intenta
escribir y resulta vano
el empeño y se desespera
ante el hostil papel en blanco,
de pronto ocurre, por sorpresa,
después de mucho, mucho rato
de tentativas, de paciencia,
algo que no esperaba, algo
con lo que el cielo recompensa
sus sinsabores: un milagro.
Y, casi sin buscar, encuentra
la palabra justa, el vocablo
que necesita, la manera
de que lo oscuro se haga claro.
Surge la luz. Todo se ordena.
En el papel se posa el canto.
Y cuando al fin queda el poema
completamente terminado,
quien lo escribió, confuso, piensa
que no es verdad, que esta soñando.

Eloy Sánchez Rosillo



Quedó sin tinta
este papel seco de apatía
que pide a gritos su compañera
de berrinches y alegrías.

A falta de inspiración